miércoles, 17 de febrero de 2010

palabras de autor, palabras de lector

Encuentro Nº 6
Escritura y lectura profesional-izable
Turno Tarde

Después de tantos días sin clase, ¡volvimos! Y para comenzar pedimos la tarea pendiente, que era el punteo de temas que se vieron a lo largo del curso de ingreso. Yanina lee en voz alta el de ella y Caro anota en el pizarrón. Algunos temas vuelven a resurgir de las nocenizas.
Caro pregunta: “¿en qué sentido vimos la crítica en la última clase? ¿Qué sería leer desde una mirada crítica?” y responden que se trata de leer desde lo que uno ya sabe y volcar esos conceptos en el textos. Se trata de una visión, justamente, crítica: es decir, no desde lo anecdótico, sino como una lectura en profundidad.

Pasamos a la actividad de lectura: para eso los alumnos se separan en grupos de 5 personas aproximadamente y Caro hace entrega de unas copias con textos de distintos autores: “Borges y yo”, de J. L. Borges; dos cartas de Franz Kafka a un amigo a quien le hace entrega de sus escritos para que los comente; un fragmento de George Orwell de “Por qué escribo”; y un texto de Clarice Lispector: “Notas sobre el acto de escribir”.
Agustina lee el texto de Borges (autor que tantas diferentes opiniones ha suscitado en anteriores encuentros). Algunos comentarios que surgen a partir de este texto son:
  • Borges se separa como individuo, como personaje y como escritor.
  • Borges narrador habla del Borges escritor.
  • Hay una leve autocrítica en el texto: “Poco a poco voy cediéndole todo, aunque me consta su perversa costumbre de falsear y magnificar.”
  • El Borges consagrado, el narrador, será quien sobreviva porque ya está entre la gente, en los libros.
  • Surge la idea de diferentes tipos de escritura: “la escritura para mostrar” y “la escritura para uno y nadie más” (la famosa lectura-vómito)
Con respecto al texto de Franz Kafka se comenta:
  • El eje del texto es cómo el autor se entrega a la literatura.
  • El autor precisa una disciplina para escribir.
  • A partir de la cita: “el arte tiene más necesidad de la artesanía, que la artesanía del arte. Claro que no creo que uno pueda obligarse a parir, pero sí a educar a los hijos.”: ¿Existe el don de escribir?, ¿implica un trabajo diario? (Las preguntas son muchas y las respuestas variadas y ninguna cerrada…)
  • La necesidad del escritor de que sus textos puedan objetivizarse gracias a la lectura de otros. (María Rosa comenta que para ella los escritores necesitan de una aprobación de parte de los lectores y Luciano dice: “es que el fin de escribir es ese, que sea leído.”)
  • Kafka toma su propia vida como fuente de narración. ¿Esto siempre es así? (“No siempre”, comentan algunos. Paul contesta: “yo creo que es difícil separarlo para el escritor. ¿No tiene que ver con que cada uno plasma su política en la escritura?”)
Leemos a Orwell:
  • La idea del estilo propio y la autenticidad.
  • Las influencias en la escritura. ¿Influencia o plagio? propone Ailén.
  • ¿Un buen escritor es un buen lector? (Un compañero dice: “yo creo que no es necesario leer mucho para ser buen escritor, podés inspirarte con poco y sacar cosas originales.”)
  • La búsqueda de la palabra adecuada para decir las cosas.
Por último leemos el relato de Clarice Lispector y todos sonríen al finalizar la lectura (coincidimos en que es un texto muy hermoso)
  • Texto más poético/emotivo.
  • La dificultad y la facilidad en la escritura.
  • Volvemos a la idea de don y de trabajo. A partir de allí: ¿Qué hace al “buen escritor”?, ¿Existe el “buen” o “mal” escritor?, ¿Quién define eso?
  • Algunos comentarios proponen comparaciones del tipo: hay gente que nace con un don, yo nunca podría escribir como Borges, a lo que Tati pregunta si necesariamente Borges es EL parámetro de la buena escritura. Es decir, ¿no hay otras maneras de escribir que sean igual de "buenas" y no impliquen los laberintos y espejos borgianos? Agustina retoma el concepto de “don” y dice: “a mí me encanta escribir, y no se si tengo un don, creo que tiene que ver más con una necesidad.”

El debate es más que prolífico y ¡dan ganas de más! Pero, para variar, el tiempo nos corre, así que seguimos con la lectura de los textos del cuadernillo. Empezamos por el primer texto de Maite Alvarado (“Escritura y conocimiento”), y María Rosa dice que el texto habla un poco de lo que nosotros veníamos comentando, de los lectores maduros e inmaduros y explica cómo es cada uno. Agustina completa la idea diciendo: “el lector maduro genera conocimiento mediante la escritura, el inmaduro repite lo que ya sabe”. Caro comenta el concepto de representación retórica y explica que un autor tiene que adaptar el texto a un contexto determinado, “tiene que saber a quién va dirigido, y el inmaduro no lo tiene en cuenta no por que no le importe sino porque ni se lo cuestiona. Tiene que ver con el para qué y para quién escribo”.
Pasamos al texto de Laura Devetach “Tejer un texto”, en donde vemos a la escritura en comparación con el tejido. Daniela dice: “se trata de los pasos que hay que tener en cuenta para escribir”. En cuanto a las similitudes planteadas en torno a estas dos actividades, se comenta que ambas desarrollan una trama, tienen un proceso y que cada punto está ahí propiciando una cadena. Los agujeros en el tejido pueden ser accidentales o adrede, y lo mismo sucede en un texto. Estas cuestiones son interesantes al momento de escribir o reescribir un texto. Se habla de que el texto propone experimentar, buscar nuevos caminos y animarse a inventar maneras de decir las cosas y no quedarnos con lo trillado.
Para finalizar la primera parte del encuentro comentamos el segundo texto de Maite Alvarado “Los géneros escolares”. ¿Cómo se ve a la escritura en la escuela? “los momentos de escritura son en las pruebas” comentan algunos compañeros, “se escribe solo lo que el profesor pidió y lo que el quiere leer.” “No hay una creación de escritor maduro sino que se repite lo del manual o la palabra del profesor.” “La prueba escrita reproduce ‘saberes’, pero no los genera”. Es interesante pensar con qué se asocia el acto de escritura en la escuela: “tema la vaca” (es decir, escrituras obligadas, escribir sobre lo que no nos interesa realmente escribir) o “instancia de evaluación” (momento para decir lo que otros quieren que uno diga).
Dejando estas ideas en el aire nos vamos a despejar un poquito…

RECREO

Retomamos la clase repartiendo unas fotocopias con distintas experiencias de ex alumnos del Joaquín. Algunas hablan de trabajos, una revista, monografías y otros del campo laboral. ¿Qué se comenta de las monografías? “que son muy complicadas” dicen algunos, “algunos se juntaban para hacerlas en grupo y otros se lo tomaban mas personal, de manera individual”, “en el texto de la chica que hace la monografía sola se ve cómo amplía su conocimiento” dice Nancy, “aparece una figura respetada que hace que se lo tome con otro compromiso” dice María Laura, es decir, el contexto. Tatiana comenta que la semana siguiente presenta su monografía para Teoría Literaria y cuenta que se trata de una experiencia muy enriquecedora mas allá de la escritura y la lectura de materias, ya que es un trabajo en el cual la profesora te hace sentir muy acompañado y no deja que el miedo frene la escritura, se trata de una experiencia que deja mucho, mas allá de lo académico. Por su parte, Miriam comenta su experiencia de escritura para Griego I: escribió una monografía formal, pero ese trabajo le generó ganas de ir más allá y creó un diálogo inventado entre poetisas y un filósofo griegos. Entregó ambos trabajos a sabiendas de que el texto creativo no había sido pedido, y que no era lo esperado para una instancia de examen, pero ambos trabajos eran generadores de saberes y quería compartirlos con la docente. Remarcó la importancia de exigir y de exigirse, y de no quedarse solamente con lo que a unx le piden…

Dando cierre a la clase pedimos que retomen el texto del sueño que escribieron la clase anterior y, teniendo en cuenta lo debatido en el encuentro, lo retoquen, lo corrijan y le hagan los cambios que quieran para poder intercambiarlo con los compañeros. La consigna: hacer una devolución del trabajo del compañero.

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