sábado, 6 de febrero de 2010

La especificidad de la literatura: su campo

Tercer encuentro

La especificidad de la literatura: su campo

Turno noche



Luego de retomar algunos de los temas del encuentro anterior y hacer una puesta en común de los textos leídos, se les propuso a lxs alumnxs escribir una semblanza sobre una persona que ubiquen como referente de las pasiones que hoy nos hacen encontrarnos. Leímos algunas de estas escrituras, que hicieron referencia

a abuelos, padres y profesores.


Luego de esto se leyó el cuento de Silvina Ocampo “Ana Valerga” y se pidió a lxs alumnxs que escribieran tres imágenes/palabras que les vinieran a la mente inmediatamente después de esa lectura. Mientras las iban diciendo se armaban en el pizarrón series:



Una de las columnas agrupaba todo aquello que describía a Ana, otra a los chicos, una con las acciones, otra con los temas, una describía el conflicto, una con asociaciones del saber popular, otra con citas del relato, otra con criterios literarios de análisis y así...



Luego se les preguntó a los alumnos cuál de esas ideas, frases o palabras no entendían por qué estaba ahí, qué lectura la justificaba y que preguntaran a sus compañerxs, entonces, por qué las habían propuesto y así se inició un diálogo... sobre qué era lo “siniestro” y hubo algunas contradicciones, miradas diferentes sobre la "moral" del relato (que se escapaba, siempre), algunxs alumnxs recordaron cuando eran niñxs, y cucos diversos.

Se habló de la manera que tenía Ana Valerga de enseñar a "sus" niñxs, de los métodos que utilizaba y del lugar que le habían otorgado para enseñar. También se debatió sobre la relación quizás siempre equívoca entre los fines y los medios en la enseñanza.


Luego de esta puesta en común sobre las imágenes extraídas del cuento, se les pidió a lxs alumnxs que leyeran los fragmentos seleccionados de dos críticas literarias sobre Silvina Ocampo, la de Mancini y la de Pezzoni y que buscaran en ellos dos cosas: ideas que ya hubieran sido comentadas en la clase (reconocerlas aún en ese otro lenguaje especializado) e ideas que no se nos hubieran ocurrido en el grupo, para luego hacer una pequeña puesta en común.



Entonces, nos repartimos cuatro series de lecturas que en la clase siguiente pusimos en común:


Todorov, Lope de Vega y Piglia .


Julia comienza la presentación del texto de Tzvetan Todorov y destaca cómo, en tanto estructuralista, termina produciendo una distinción entre una superficie, el texto, y un fondo, la estructura, en la que radicaría una suerte de esencia literaria. Como eso de que Todorov es un estructuralista no tiene mucho significado aún para muchxs, lo explicamos más largamente.

Piglia comparte con Todorov, en la lectura del grupo, el rasgo de distinguir entre un aspecto superficial y otro profundo en la descripción del relato; y con Lope, la referencia a las características de un género en particular.

La producción y descripción del soneto que hace Lope se refiere al plano puramente formal del género; y con ello justamente parece señalar que, al menos en lo que toca a la forma, no está la mayor dificultad o el arte mayor de la cuestión.

Más tarde con todo el pizarrón completo, veremos que este tipo de descripciones o aserciones sobre la literatura y sus géneros, forman parte del discurso de la teoría literaria (sin que con ello digamos que Lope está haciendo teoría literaria, ¿se comprenderá la diferencia?).

Pezzoni, Yánover, Arlt.

Arlt pone de manifiesto el conflicto entre autores y críticos, al que también hace referencia Pezzoni, a su modo. En el caso de Arlt, cuando se enfrentamiento contra los críticos también se refiere a una posición de autor que él rechaza, cuando se reconoce como un trabajador de la palabra en contra de la palabra y del arte como un lujo exento de los condicionamientos de la producción económica, del mercado, del trabajo. Es decir, señala cómo no quiere ser leído, desde qué criterios no acepta ser juzgado.

Yánover, como librero y en sus memorias como tal, narra la anécdota de un pseudocrítico que desmonta irónicamente la crítica como producción retórica.

Y en una suerte de síntesis, Pezzoni resultó muy interesante para Guadalupe porque explicita la autoría del crítico, el caracter productivo de su lectura, y plantea al crítico como el compositor de una autobiografía de lector.

Una vez comparadas las lecturas, vimos que estas ponían el foco en la práctica y oficio de la crítica literaria.

Petit, Montes, Yánover

En Montes, encontramos descripto el poder de la literatura en el lector, cómo a partir de ella podemos “vivir otras vidas” y cómo la literatura nos permite salir de lo cotidiano. Michel Petit nos habla de la libertad de elección a la hora de leer y describe experiencias en las que la lectura es parte de una apertura de horizontes con serias consecuencias vitales.

Yanover describe al lector como consumidor y esto dio para charlar sobre el vínculo con el librero y con la librería, algunas notas sobre su reciente transformación con las cadenas de librerías (o la historia brevísima del estante que se hizo góndola).

Los tres señalan aspectos diferentes del lector.

Foucault, Gelman,Auster.

Foucault revisa los criterios para la determinación de la condición de autor y así desmonta los rasgos de la función de autoria (época, estilo, ideología, etc.). En el relato de Paul Auster encontramos a Kafka antes de morir, realizándose como autor enun acto desesperado de construcción de un encuentro por la palabra.

Gelman plantea el problema del sentido de la escritura, cuestiona que se lo halle en cierta finalidad exterior a sí mismo como necesidad, como deseo definitorio: entre Claudio, Maite, Luis y otrxs señalan en el poema como tema “la escritura que se sustenta por sí sola”; “la sola necesidad de escribir” pero “que no siempre trasciende”; el “acto liberador”.Y entre todos, nos mostraron facetas del autor, como un actor del campo literario.

Pero antes de terminar, destacamos que faltaba hablar de un actor fundamental del campo literario... oh, sí: el profesor/la profesora de Literatura.




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