lunes, 1 de febrero de 2010

La pregunta como fuente de conocimiento.

Primer encuentro

Turno Tarde

Comenzamos nuestro primer encuentro con una breve presentación de las profesoras y ayudantes; y del material que utilizaremos durante el curso de ingreso. Se llama El cuadernillo y está disponible en la fotocopiadora del 6º piso del JVG (“la fotocopiadora de José Luis” para los amigxs) y en T-Copio (al pasitos nomás del Instituto).

La primera consiga de este primer encuentro fue escribir individualmente una pregunta inesperada que le harían a unx futurx compañerx. Leímos algunas en voz alta y luego, para conocerse, las preguntas fueron hechas en pequeños grupos. Algunas preguntas fueron:

  • ¿Cuántas veces al día te lavás los dientes?
  • ¿Tenés problemas con la transpiración en verano?
  • (Disculpame) ¿Esto es un sueño?
  • ¿POr qué hacemos esto?
  • ¿Me darías un beso?
  • ¿Cuándo es tu período?
  • ¿Alguna vez te hiciste un corte ridículo?
  • ¿Tenés alguna operación hecha?
  • ¿Comiste algo hoy?
  • ¿Dormis la siesta?
  • ¿Toda la ropa que tenés es de ese estilo poco hombre?
  • ¿Hace cuánto terminaste con tu ex?
  • ¿Te gusta la joda?
  • ¿Te gusta el helado de chocolate?
  • ¿Sos borracho?
  • ¿Vomitaste alguna vez en público?
  • ¿Qué te gusta hacer cuando vas a bailar?
  • ¿Es verdad que las mujeres tienen un punto G?
  • ¿Alguna vez te tiraste una flatulencia en público?
  • ¿Sos vegetariano/a?

Luego, leímos el texto de Lyotard “¿Por qué filosofar?” que llevó a preguntas como: ¿Por qué pensamos? ¿Por qué nos cuestionamos? Tomando los conceptos de ausencia y presencia de conocimientos surge una pregunta importante: ¿Qué es filosofar? Y Carolina responde que posicionarse ante la cuestión de esa manera ya es filosofar, partiendo de la pregunta para destruir las seguridades. Se toma a la pregunta como motor aclarando que más que respuestas es mejor buscar más preguntas. Se ve al deseo como búsqueda de sabiduría, y por lo tanto o al mismo tiempo, como búsqueda de deseo.

Algunas reflexiones que surgieron, también fueron:

  • No solo preguntarse por qué preguntar, sino también cómo preguntar.
  • “Uno no tiene que iniciar la pregunta diciendo “uy, cómo pregunto”.
  • “A veces uno pregunta y el profesor no quiere responder.”
  • “Que te animes a preguntar tiene que ver con cómo te criaron.”
  • La importancia de animarse a preguntar y no ver en el docente un monopolio de respuestas. El trabajo en grupo es enriquecedor en ese sentido. Todos podemos preguntar y todos podemos responder.

Luego, guiadxs por las ayudantes, lxs ingresantes recorrieron el edificio (distintos pisos, biblioteca, bedelía, secretaría, buffet), para conocerlo y para relevar nuevas preguntas: Preguntas que el edificio provoca, y las respuestas que otorga o calla.

A la vuelta, compartimos más preguntas:

  • Sobre la libreta del estudiante: Para qué sirve, qué es, cuándo se saca.
  • Sobre las votaciones: qué se vota, cómo, cuál es la importancia, por qué algunas son obligatorias. Se pregunta cómo está formado el consejo directivo. Ansiosos algunos compañeros preguntan sobre el plan de estudios.
  • Y surge una pregunta que lleva a muchas más preguntas y debates (¡qué lindo!) ¿Qué tiene que ver la política con un profesorado? ¿Cómo es la convivencia entre ambos? De allí, surge un debate sobre la política y la militancia. Se marca la diferencia entre el concepto de política y formar parte de un partido. “La política está en todos lados” comentan algunos. “Estar acá es una decisión política”. ¿Existe esto de ser “apolítico”? Miriam comparte con todxs la etimología de la palabra “política”: en la antigua Grecia, el politikós se contraponía a idiotés. El segundo era aquel hombre al que solo le interesaban sus propios asuntos, mientras que el politikón era aquel al que le importaba la vida pública, la polis, la ciudad. Podemos imaginar en qué deriva cada palabra…
  • Aclaramos que las elecciones del consejo son importantes debido a que tienen que ver con el espacio en el que uno estudia. Se pregunta por los paros y cortes, ¿Cómo afectan al Joaquín? También hay interés por la propaganda política dentro del instituto (prohibiciones y permisos).

Finalmente pasamos a una consigna de escritura: rememorar alguna escena de lectura, escritura o enseñanza que lxs haya marcado en algún sentido a la hora de haber elegido la carrera.

Una vez escrita la escena, Tati y Miriam leyeron el poema de J. Cortázar “Para leer en forma interrogativa” alternando sus voces (un verso cada una) de dos maneras: una forma aseverativa o afirmativa y otra forma interrogativa. Después de un aplauso bien merecido, la consigna fue modificar el texto que habían escrito agregando preguntas, es decir: transformando algunas afirmaciones de sus propios textos en preguntas… Para seguir repreguntándose cosas…

Algunos compañerxs leyeron sus textos que fueron comentados. Uno de ellos abrió un debate muy rico sobre la vocación y la elección de la carrera (un tema más que interesante, y ¡sobre todo para un primer día!).

Cerramos la clase porque el tiempo es tirano... aunque el debate podría haber seguido... (¡que siga!)

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